martes, 7 de abril de 2009

De críar hijos o Tener la vida en pausa

A veces, vivir sola con los hijos da la sensación de tener la vida propia en pausa. Como si estuviera uno esperando a que la vida pase, que el tiempo corra hasta que llegue el día en que nos toque de nuevo el turno de vivir. Como cuando esperas a que se duerman, a que coman, a que caminen, a que hablen, a que sean más independientes...

Pero no. En realidad esto es la vida, o mejor dicho, esto también es la vida. Esto de vivir incluye acompañarlos a crecer y crecer con ellos; mirarlos caerse y animarlos a levantarse solos; caerse junto con ellos y tener el valor de seguir adelante. Y, por las noches, cuando ellos duermen, robarle tiempo al tiempo para vivir lo tuyo sin dividir la atención; para ser tú-tú (y no la mamá de no sé quién) por unas horas.

En algún momento en el futuro, el día volverá a ser todo tuyo. Algún día, aunque lejano. Y mientras llega ese día, más vale seguirle robando tiempo el tiempo para una, porque si no, luego sucede que la vida pasa, los niños crecen, la pausa termina y... ¡entonces ya no sabemos que hacer con nuestro tiempo para nosotras! Si no, pregúntenles a quienes viven el síndrome del nido vacío.

Sigamos ejerciendo la honrosa profesión de ladronas de las horas nocturnas. Ya dieron las 8, es hora de que Renato duerma, y de que yo le de mantenimiento a mi vida... ¡a escribir!

2 comentarios:

Reptante dijo...

Es cierto, la vida del maestro (qué alto y tirado suena), alguna vez fue la del alumno. Y es claro que en ese aprendizaje de ir guiando a como el dios de los que creen y no, nos dio a entender, uno vive una vida plena si es que se lo propone. Puesto que en nosotros está el saber ser dentro del saber padecer de otros.

El poder ser padres es una bendición que sólo algunos toman como tal, y otros tantos toman como el, chin, ya le cayó algo calabaza al pastel.

Renato debe tener una madre muy a toda matraca por lo que puedo leer. Enhorabuena.

hana matsumoto dijo...

Yo no tengo hijos (todavía), pero leerte me da confianza en que hay personas que no se olvidan de sí mismas y no dejan de ser quienes son.
Seguramente te pediré que nos tomemos un cafecito cuando yo me decida y espero que aceptes :)