jueves, 6 de enero de 2011

Bendición

Ilustracion tomada de Mis Recetas - Blog

Para hacerlo más divertido para Renato, mi pequeño de 3, esta noche le dije que para ganar a la hora de partir la Rosca de Reyes, tenía que salirle el muñequito. Para su deleite, ¡le salió dos veces! Y para el pesar de Sabina, mi pequeña de 10, a ella le salió uno. Con gran preocupación me dijo "¿en dónde está la parte de premio de tener que traer los tamales el día 2?" Y luego remató con un "Si en la escuela también me sale el monito, pensaré que definitivamente este año está maldito". Me dejó ¡helada!

¡Cancela ese pensamiento!, le dije de inmediato... "Sacarte el muñequito te da una oportunidad maravillosa: la de ser generoso, la de compartir con las personas a quienes quieres algo que tú traes para todos... ¡en realidad es un golpe de buena suerte!"

Y de algún lado misterioso, de pronto me vino a la mente una analogía que le hice ver, para que le quedara más claro el punto.

El muñequito de la rosca podría muy bien ser una metáfora de un bebé que viene al mundo. Estoy conciente de que hay situaciones terriblemente adversas, pero pensando un poco en el entorno que Sabina percibe le dije: A veces, un bebé anuncia su llegada en momentos inesperados o difíciles, y sin embargo, suele brindar al final de cuentas una enorme alegría.

Esto me trajo a la mente mi propio embarazo de Renato. Sucedió, realmente, en el momento menos oportuno y menos esperado de mi matrimonio. Y por alguna razón, me llenó de paz, de tranquilidad, de una inmensa sensación de compañía, de protección; algo que me costaba trabajo definir en la situación en la que me encontraba.

Recuerdo habérselo compartido a mi papá un poco preocupada por su reacción, pues él conocía la circunstancia familiar por la que yo estaba pasando. Y recuerdo la enorme alegría que me hizo sentir cuando, abrazándome con fuerza, su rostro se transformó en una sonrisa gigantesca y exclamó, casi riéndose y sin ninguna duda: "¡Felicidades, es una bendición!"

Y sí, por supuesto que fue una bendición. El nacimiento de cada uno de mis hijos me dio, entre otras muchas cosas, como lo hace el muñequito de la Rosca esta noche, la oportunidad de practicar la generosidad, de brindar mi amor a manos llenas, de compartir nada más y nada menos que mi vida con ellos, de ser algo más que yo, para mi y lo mío.

Eso pienso desde hace dos horas cada vez que veo el bebecito de plástico blanco que Renato sacó con los ojos llenos de asombro de su pedazo de pan. ¡Qué bendición! Compraremos tamalitos el 2 de febrero.

No hay comentarios: