miércoles, 5 de enero de 2011

Mi número de la suerte



Hasta el día de hoy compartía la crianza de mis hijos con su papá. Siempre fue un padre presente y solidario, un papá comprometido, involucrado, responsable y amoroso con sus hijos. Lo es. Sólo que ahora, por circunstancias de la vida, se muda a vivir literalmente al otro lado del mundo. Y ahora sí, nos toca adaptar nuestra dinámica a la nueva realidad. No habrá fines de semana alternados, distancias semanales para extrañarse y verse aún con más gusto, fines de semana "libres" que relajen la neurosis de la mamá, vacaciones compartidas... ¡Finito!

Inicio el año con éste como el principal objetivo: disfrutarlo.

No tengo idea de cómo será, no sé cómo me sentiré, no sé cómo lo resolveré, no sé cómo se sentirán ellos, no sé si será difícil, no sé si será fácil... pero sé que haré todo lo que esté en mi para disfrutarlo, sea como sea.

Mi frase inspiradora para este año es, "la incertidumbre abre todas las posibilidades" y aquí aplica perfecto. Si se abren todas, tomaré las que nos unan como la familia que somos los tres, las que nos vuelvan más cómplices, las que sean más gozosas, más relajadas, más amorosas...

Algo me dice que pese a todos mis esfuerzos en sentido contrario, tenía que vivir la experiencia de ser mamá sola. Ha sido un camino gradual, menos difícil de lo que pensaba que sería, a veces extenuante, pero casi siempre disfrutable.

Bienvenido el 2011 con toda su incertidumbre y sus posibilidades. Bienvenida, Lilyán, a esta nueva pista del circo de la vida. Hoy somos tres y el tres siempre fue mi número de la suerte. That's lucky!

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