lunes, 10 de noviembre de 2008

Ser mamá y feminista

Ser feminista implica comprometerse con los derechos de toda mujer; implica saberse diferente y exigir equidad y respeto para esa diferencia; ser feminista tiene que ver con reconocer y enorgullecernos de nuestras particularidades de género –asombrarnos de nuestras funciones reproductivas y saber que estamos en libertad de ejercerlas, o no–, al tiempo que asumimos el resto de nuestro potencial humano ­–todo aquel que no está biológicamente determinado– y ejercemos, por derecho propio, el libre albedrío.

 Ejercer la maternidad implica, por principio de cuentas, asumir un rol de crianza hacia con un ser humano que depende de nosotras. Es establecer, voluntariamente, una relación de amor recíproco y de responsabilidad. Es estar dispuesto a llevar a cabo un rol de acompañamiento por la vida, reconociendo y compartiendo nuestras limitaciones y dando un ejemplo de bien-vivir, con el consecuente aprendizaje mutuo que da toda relación.

 Ser mamá y feminista es una opción. Se trata de combinar  los dos roles anteriores por convicción: es ejercer la maternidad sin olvidarnos de nuestras propias necesidades como mujeres –tanto materiales como emocionales– y defender nuestro derecho a encontrar formas de cubrirlas. Puede sonar complicado –y lo es-, pero es posible lograrlo cuando se es parte de una comunidad de hombres y mujeres que creen en la equidad de género y se respetan entre sí.

 A continuación algunas de las características de esta combinación:

 ·      Una mamá feminista cumple amorosamente con sus obligaciones como madre y también defiende su derecho a tener tiempo para sí  misma.

·      Una mamá feminista sabe pedir ayuda y, en reciprocidad, la ofrece a otras mamás para que logren ese difícil equilibrio entre los intereses propios y los de sus hijos.

·      Una mamá feminista se rehusa a sentirse culpable por trabajar para sentirse realizada, por darse tiempo para sí misma cuando así lo necesita o por combinar –responsablemente-, sus diversos roles.

·      Una mamá feminista sabe que tiene derecho a compartir con el padre de sus hijos su crianza y no lo siente como un favor.

·      Una mamá feminista no vive la maternidad como una carga, sino como un derecho que comparte con el padre de sus hijos y con su comunidad; desde ahí, exige sus derechos laborales como madre, cuando elige continuar trabajando fuera de casa y ser mamá.

 Hay  muchas mujeres que tienen pensamientos, conductas y deseos afines al pensamiento feminista y que, sin embargo, se sienten amenazadas por él. La palabra “feminista” tiene mala fama y a menudo se le relaciona con una postura de odio hacia los hombres. Se trata de un mal entendido. Este pensamiento defiende los derechos humanos de las mujeres, pero no lo hace a costa de los derechos de los hombres. El pensamiento feminista tiene ya una larga historia, diversas corrientes y variaciones, diferentes luchas y algunos logros. En todos los casos la motivación es mejorar las condiciones de vida de la mujer. Por ello, cuando se le conoce más a fondo, es muy difícil que una mujer esté en contra de esta filosofía. Cómo no estar a favor de una tendencia de pensamiento que defiende sus derechos y su dignidad, que vela por sus intereses, que exige respeto hacia ella, que busca condiciones más favorables para su vida, que también está a favor de relaciones más sanas, constructivas y enriquecedoras entre hombres y mujeres.

 Hay posturas radicales en todos los ámbitos, también entre las feministas, pero sería estrecho de mente cerrarse a la posibilidad de conocer la motivación intrínseca de cualquier filosofía tan sólo porque los más conocidos suelen ser los radicales. Vale la pena adentrarse un poco más en el pensamiento feminista para descubrir las bondades que encierra no sólo para las mujeres, sino para los hombres -en quienes el sistema patriarcal ha impuesto cargas también inequitativas-, y para la sociedad en general. Se trata, por definición, de una postura humanista, con desbordadas posibilidades de liberación de los grilletes que nos imponen los prejuicios y la rigidez.

 Te invito a conocer más acerca de esta corriente de pensamiento, a conocer el sueño de un mundo en el que la dignidad humana esté, verdaderamente, por encima de la tradición.

Para conocer más:

Ciberfeminista: Un espacio para aprender y reaprender sobre nuestro ser mujer, feminismo y ciberfeminismo: www.ciberfeminista.org

Para el buró:

Varela, Nuria. Feminismo para principiantes. Ediciones B. Barcelona: 2005 


*Originalmente publicado en la columna "Multiplikhada®" en Milenio Diario, 2 de junio de 2004.

 

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