sábado, 31 de enero de 2009

Los desaparecidos del techo del mundo

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“Desaparecidos” es la palabra utilizada para designar a personas que –por sus ideas políticas o religiosas-, han sido privadas de su libertad de manera ilegal o incluso asesinadas por funcionarios de gobiernos autoritarios y cuyo paradero se desconoce. El número de casos en el mundo es indignante. Los hay en todos los continentes, de todas las razas, religiones, géneros y edades. La característica común de sus ejecutores materiales e intelectuales, es que gozan de la impunidad que les da su condición de pertenecia al sistema represivo al que obedecen.

En América Latina, los casos de Chile, Argentina, Guatemala y México son muy sonados, y en Asia, Nepal y China lo son también. A propósito del Día Internacional de los Desaparecidos (30 de agosto) designado por la Organización de las Naciones Unidas, el caso de China en el Tibet –el Techo del Mundo- es el que me ocupa el día de hoy.

China es un país ampliamente conocido por su sistemática violación a los Derechos Humanos, entre las que destacan “el arresto y la detención arbitrarios, la incoumunicación de sus detenidos por tiempo prolongado y la carencia de procesos legales antes de dictar una sentencia. ... [debido a que] las autoridades dan mayor prioridad al mantenimiento del orden público y a la supresión de oposición política que a hacer cumplir las leyes.”(1) Lo anterior, ha contribuido ampliamente a generar las condiciones para la aparición del fenómeno de desaparecidos en el Tibet –que ascienden a miles desde la invasión china en 1951.

No obstante, tratándose de una de las potencias nucleares y económicas más importantes del mundo, muchos países prefieren adherirse a una política de doble moral y pasar por alto las numerosas acusaciones por violación a los derechos humanos hechas por organizaciones civiles como Human Rights Watch o Amnistía Internacional, con tal de no lastimar sus relaciones comerciales con este gigante asiático.

Los gobiernos no son las únicas víctimas de la doble moral: nosotros, como ciudadanos, preferimos “no saber” para seguir beneficiándonos de los precios bajísimos de los artículos “Made in China” producto de condiciones infrahumanas de trabajo de los obreros empleados por los productores y gobierno chinos o de condiciones cuasiesclavistas de sus prisioneros que elaboran muchas de las baratijas que compramos compulsivamente.

S.S. el Dalai Lama, líder espiritual de Tibet en el exilio y Premio Nobel de la Paz 1989, visitará nuestro país a principios del mes de octubre, con la intención de dar un mensaje de paz y, como lo ha hecho a lo largo de las últimas décadas, dar a conocer la actual situación de Tibet y su propia postura como líder del pueblo tibetano en el exilio.

El Dalai Lama será recibido en el Congreso para dar su mensaje, además de llevar a cabo una reunión ecuménica con los principales líderes religiosos de México en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México; adicionalmente, dará dos conferencias abiertas al público y recibirá un Doctorado Honoris Causa por la Universidad Iberoamericana. Tomando en cuenta la investidura del líder tibetano, el Jefe de Gobierno del D.F., Andrés Manuel López Obrador, lo recibirá en un evento oficial. Sin embargo, ante la presión ejercida por el gobierno chino y su campaña de amedrentamiento en contra del Dalai Lama, el Presidente Fox todavía no ha decidido si lo recibirá o no (hasta el cierre de la presente edición).

Nuestro presidente se ha definido a sí mismo como un humanista. Éste es un buen momento para demostrarlo, tomando una postura en favor de los derechos humanos por los que el Dalai Lama aboga en su incansable labor como Embajador de la Paz y evitando caer en el juego del gobierno chino que, en un alarde de doble moral, exige a los gobiernos del mundo no recibir al Dalai Lama por considerarlo una amenaza para los derechos humanos de los tibetanos, al tiempo que su política genocida ha acabado con la vida del 70% de sus prisioneros de conciencia, así como de 1/6 de la población del Tibet y gran parte de su legado cultural durante los años de ocupación.

¿Cómo puede un gobierno que se dice democrático, liberal y humanista, dar mayor crédito a un gobierno como el chino, por encima del representante de una nación como el Tibet, dedicada a la espiritualidad y la búsqueda de la paz?

1Tibetan Centre for Human Rights and Democracy. Urgent Action: Campaign for Trulku Tenzin Delek. www.cyborganic.org

Para información sobre la actual situación del Tibet y lo relacionado con S.S. el Dalai Lama visita: www.casatibet.org.mx

Publicado en la columna Multiplikhada en Milenio Diario el 1º de septiembre de 2004

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