martes, 2 de junio de 2009

Cambio de rol: amante

Hoy cambió algo en el aire... No puedo explicarlo, apenas lo intuyo. Pero sé que algo cambió de alguna forma dentro mío. Esta mañana, nublada, fríona, solitaria, podría haber sido una de esas mañanas que no me gustan. Y no, en realidad ha sido un día especial, bonito en su balance.

Tal vez por eso llené mi casa de flores, y no de cualquier flor. Esta vez elegí flores exóticas: hawaianas rojísimas, maracas con brotes de algo parecido a las orquídeas, delicados licántropos color pastel. Me llenaron la vista de reojo, y luego todos los sentidos con su aroma y su textura.

Acepté la invitación de la mañana para el gozo. Así que, terminé de leer un libro inspirador; escribí mis reflexiones y una carta de amor, salí a la oficina de correos para enviarla sin demora, disfrutando el camino y el viento fresco que acariciaba mi piel; fui de compras: fruta mulicolor, flores y chocolates.

Ya en casa dediqué el tiempo necesario a cortarles los tallos a mis ramos y a colocarlos tan lindos como pude en disitntos floreros. Repartí alegría hecha pétalos por todo el lugar.

Sólo entonces, me dispuse a trabajar... Y así, rodeada de color, de belleza y de paz, sentarme frente a la máquina a escribir me pareció más rico, aromático y deleitable de lo normal.

¿Cuál es mi rol el día de hoy? Sí, ya sé: hoy, soy mi amante.

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